La aprobación en febrero del Parlamento Europeo de marcar el año 2035 como fecha tope para la venta de vehículos de combustión (gasolina y diésel) o híbridos en la Unión Europea, podría complicarse en su llegada al Consejo Europeo, donde la norma deberá contar con una mayoría cualificada entre los presidentes de los 27 países comunitarios para ver definitivamente la luz, cuando no han tardado en saltar las reacciones contrarias a la normativa conocida como Euro 7. Tal como resume La Información, esta propuesta concreta forma parte del paquete climático de la Unión Europea, cuyo objetivo general es reducir en un 55%, con respecto a 1990, de las emisiones contaminantes provocada por vehículos de cara a 2030.

Con todo, si bien la votación del 14 de febrero no destacó por un consenso unánime, al contar con 279 votos en contra y 21 abstenciones frente a los 340 votos a favor, las discrepancias más trascendentales han surgido a posteriori.

Alemania e Italia, en contra

Al recelo de estados comunitarios como Polonia, Hungría o Bulgaria, se han sumado dos potencias europeas del G7: Alemania e Italia, quienes ya mantienen reuniones para intercambiar posturas respecto a la Euro 7 como la celebrada el pasado 13 de marzo junto a los ministros de transporte de otros estados como República Checa, Polonia, Rumania, Hungría o Eslovaquia.

Los primeros interrogantes de Alemania llegaron con las declaraciones de su secretario de Estado de Transporte, Michael Theurer, seguidas del mismo ministro de Transporte, Volker Wissing. Según recoge Reuters, Alemania plantearía a Europa tener en consideración los combustibles neutros en CO2 a partir de 2035.

Sin embargo, el quid de la cuestión es el por qué de este posicionamiento. Alemania cuenta con una industria automotriz que supone el 11% de su PIB (datos de 2021) y que genera 1,6 millones de empleos, entre los cuales 280.000 dependen de los motores de combustión, según datos del sindicato del sector industrial alemán, IG-Metall, recopilados por NIUS. En síntesis, la aplicación de la normativa Euro 7 en Alemania supondría una transformación, abrupta según el IG-Metall, de su tradicional industria del motor, grande de asumir en el plazo propuesto por la Unión Europea.

Por su parte, Italia es partidaria de un “modelo de convivencia” entre el vehículo eléctrico y de combustión por lo que se posiciona en contra de la ruptura definitiva propuesta por el Parlamento Europeo, tal como recoge El Economista.

¿Cómo se posiciona España? Conversaciones entre el Ejecutivo y el sector

El clima de opinión por parte del mundo de la automoción española tampoco se muestra favorable a las posiciones de la Unión Europea y, en cuestión de días, saltaron las primeras reacciones al respecto. El foro “La Movilidad de Tod@s”, organizado por ANFAC (Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones), sirvió para que su presidente, Wayne Griffiths (quien también preside Seat), pusiera sobre la mesa la incertidumbre que los avances de la normativa Euro 7 generan en la industria automotriz en España.

Al mismo tiempo, desde ANFAC reiteran que este posicionamiento no supone la incompatibilidad con su apoyo a las medidas de descarbonización, la transición hacia el vehículo eléctrico o la reducción de los Gases de Efecto Invernadero (GEIs), tal como señala La Información.

La principal crítica de ANFAC es el calendario de plazos impuesto por la UE. En esta misma línea, su director general, José López-Tafall, explicó al diario El Economista la dificultad tecnológica existente para asumir dicho calendario de aplicación, junto con el coste económico que podría conllevar. Ante este escenario, Wayne Griffiths ha reclamado en distintas ocasiones al Gobierno un posicionamiento contrario a la norma, a quien también se ha sumado la Asociación Española de Proveedores de Automoción (Sernauto).

La posición de España todavía está en juego. Si bien la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, asegura la “compatibilidad” entre la Euro 7 y la supervivencia de la industria, como recoge Europa Press, ante las peticiones del sector, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se citó el pasado 16 de marzo con los representantes de ANFAC y Sernauto para intercambiar posiciones. En esta misma línea, Sánchez se reunió con el consejero delegado de Renault y presidente de Acea (Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles), Luca de Meo, el 7 de marzo, quien también ha advertido de las posibles consecuencias de la Euro 7 para el sector, como el encarecimiento de los vehículos o el cierre de fábricas.

Fuentes e información:

https://anfac.com/actualidad/anfac-reclama-medidas-urgentes-para-impulsar-la-electrificacion-y-asegurar-el-futuro-industrial-de-la-automocion-espanola/

https://cincodias.elpais.com/companias/2023-03-07/renault-se-reune-con-sanchez-para-que-apoye-al-motor-en-su-cruzada-contra-la-euro-7.html

https://www.eleconomista.es/motor/noticias/12171108/03/23/Alemania-e-Italia-obstaculizan-el-veto-a-la-venta-de-vehiculos-de-combustion-a-partir-de-2035.html

https://www.expansion.com/empresas/motor/2023/03/07/640792d6468aeb68488b4658.html

https://www.europapress.es/motor/sector-00644/noticia-maroto-cree-politica-descarbonizacion-automovil-ue-compatible-industria-20230302144311.html

https://www.france24.com/es/minuto-a-minuto/20230214-el-parlamento-europeo-aprueba-la-prohibici%C3%B3n-de-los-veh%C3%ADculos-de-gasolina-y-di%C3%A9sel-en-2035